El fin de semana.

Decidí tomarmelo todo a juego.

Mi Shika me invitó a pasar el fin de semana en su pueblo, con la promesa de que su padre no estaría.

Durante el trayecto nos hablamos como si nada pasara, y cuando llegamos a su casa encontramos a su padre en la entrada. Ya era tarde, y el hecho de verlo significaba una sola cosa: Su padre no iba a irse.

Durante dos aburridos días nos dedicamos a ver T.V, platicar, comer y todas esas cosas aburridas que se hacen cuando no se puede follar. Afortunadamente su padre es muy devoto, lo que nos dejó la mañana del dominogo libre para echar un palito. Luego de eso, Mi Shika se fue a comprar ropae insistió en llevarme. Tardamos mucho y no compramos nada. Al final regresamos a la ciudad tal y como habíamos llegado.

Duarnte todo el tiempo que estuvimos allí, Mi Shika no paró de hablar de lo de Mr. O., diciendo que sentía curiosidad, que esto, que lo otro, hasta que de repente me puse a pénsar si no sería divertido esto... Claro que sí. Así que le dije si ella quería, que muy bien podríamos juntarnos los tres a portarnos mal. Lo estuvo pensando mucho, a veces me decía que sí, otras veces que no...